Como consecuencia de la nube de cenizas proveniente del volcán Puyehue, los departamentos de Seguridad Vial y Experimentación de CESVI Argentina desarrollaron el siguiente informe:
En esta época del año es más frecuente la presencia de fenómenos de lluvia, niebla, nieve o hielo sobre la ruta. Sin embargo, en estas últimas semanas se presentó en nuestro país un escenario poco habitual: el fenómeno de la intensa nube de cenizas, proveniente de la erupción del volcán Puyehue, ubicado en la Cordillera de los Andes (Chile).
Desde CESVI Argentina comprendemos la problemática
de esta situación y las dificultades que presenta en las distintas regiones. Si
Usted se encuentra en alguna zona en la que es posible transitar, compartimos algunos puntos a
tener en cuenta para disminuir los posibles daños en su vehículo y los riesgos
en la conducción.
• A la Hora de Conducir
En materia de Seguridad Vial, es importante para quienes están en
las zonas más afectadas:
Antes de subir al vehículo, limpiar el parabrisas y luneta para retirar
las cenizas y lograr óptima visibilidad del camino.
Reducir la velocidad en todo el trayecto y mantener una distancia de
seguimiento adecuada. Si bien la ceniza no
tiene por qué afectar la adherencia de los neumáticos y la tracción, es
importante destacar que, al igual que la nieve, tapa las referencias visuales del
camino. Además, en varias zonas se encuentran trabajando máquinas viales para
mejorar la condición de los caminos. Por esta razón, recomendamos transitar con
un
nivel de atención y precaución extra.
Si la ceniza aparece de una manera muy copiosa y se
hace muy difícil penetrarla con los faros del vehículo, busque un lugar seguro
en el que pueda detenerse.
• Cuidado del Vehículo
Mecánica
La
ceniza volcánica no afectará directamente al motor si se realiza el mantenimiento
adecuado para esta situación. El filtro de aire es clave para ello.
Según
datos obtenidos sobre las características de las cenizas volcánicas, un filtro
original en un vehículo de hasta 10 años de antigüedad (aprox.) será capaz de
impedir que éstas ingresen al motor. De todas formas, nos encontraremos con el
inconveniente de que el filtro tendrá menor vida útil, ya que éste se obstruirá
en poco tiempo de uso, dependiendo de la exposición y concentraciones de
cenizas de las zonas por donde circulemos.
En vehículos más antiguos, estas partículas podrían llegar a ingresar al motor, a causa de la tecnología que tenían los filtros y circuitos de admisión. En estos casos, lo que se aconseja es realizar un cambio de aceite y filtro de motor con una periodicidad que dependerá del grado de ceniza al que estuvo sometido el vehículo.
Es
importante tener en cuenta que los fabricantes de filtros no aconsejan utilizar
el soplete de aire para limpiar el filtro, ya que podría dañarse, permitiendo
que ingresen partículas que comprometerán el correcto funcionamiento del motor.
Las
cenizas pueden afectar al radiador, impidiendo el pasaje de aire a través de él
y, como consecuencia, provocar un sobrecalentamiento del vehículo. Lo aconsejable
en este caso, en principio, es utilizar el soplete de aire en el radiador, con
un flujo que irá de adentro hacia fuera y luego enjuagarlo con agua, tratando
de sacar todos los restos de cenizas.
La
ceniza —junto a la humedad— puede generar un efecto corrosivo, por lo tanto y además
de lo anteriormente mencionado, debe realizarse un sopleteado de todas las
partes del vehículo: compartimiento de motor, partes eléctricas del mismo, tren
delantero, frenos, tren trasero, etc.
Una
vez soplado, debe lavarse con abundante agua, cubriendo previamente tomas de
aire y componentes eléctricos.
Carrocería
Si es mucha la ceniza
depositada sobre la carrocería, una opción sería intentar extraer la mayor
parte con una aspiradora sin que su pico toque el vehículo. Deben evitarse cepillos,
trapos o plumeros porque al usarlos estaríamos frotando la ceniza sobre la
superficie, causando un efecto análogo al del uso de una lija fina. Algo
similar ocurre al pasar un paño húmedo, ya que de esta manera se genera un
barro con características también abrasivas.
Una vez que se extrajo la
mayor parte de la ceniza, lo recomendable es hacer correr abundante agua para
que arrastre los restos finos que hayan quedado. Luego, y con el vehículo
todavía mojado, se puede proceder al lavado habitual con un shampoo para autos
neutro, biodegradable, de base acuosa.
Para
limpiar los vidrios —parabrisas y/o luneta—, no se recomienda el uso de las
escobillas, ya que como las cenizas son abrasivas podrían dañarlas, además de
rayar los vidrios.
En
una primera instancia, se recomienda una limpieza manual. Enjuagar con
abundante agua, y luego secar con un paño adecuado; por último, aplicar líquido
limpiavidrios. No olvide enjuagar con agua las escobillas, para eliminar restos
de cenizas.