En el proceso de reemplazo del uso de componentes derivados del petróleo, la espuma de soja es sólo un comienzo en el desarrollo de materiales provenientes de recursos naturales aplicados a la fabricación de vehículos.
La espuma poliuretánica bio-generada -aplicada en cojines y respaldos de butacas- es uno de los componentes eco-amigables que se usarán en la Ford Explorer que entrará en producción en Norteamérica a fines de este año.
La incorporación de espuma de soja en la Explorer expande el compromiso de Ford Motor Company de incrementar el uso de materiales sustentables en todos sus vehículos; para fin de este año cerca del 100% de los vehículos Ford producidos en Norteamérica utilizarán este material.
La espuma de soja ayudó a Ford a reducir el uso de derivados de petróleo en casi 1.370.000 kg, y es un 24% más renovable; también permitió reducir las emisiones de dióxido de carbono en 5.000.000 kg, ya que el bio-material reduce un 67% la emisión de compuestos orgánicos volátiles.
Ford es el primer fabricante en demostrar que las espumas basadas en soja pueden formularse para cumplir con las características exigibles para aplicaciones automotrices, siendo pionera en su utilización en las butacas del Ford Mustang desde 2008, y a comienzos de 2010 en los modelos Escape y Mariner.
La marca del óvalo y la autopartista Lear Corp. obtuvieron varios y prestigiosos reconocimientos, incluyendo el Premio a la Innovación que otorga la Sociedad de Ingenieros Plásticos y el premio anual “R&D 100 Award” otorgado por la revista R&D (Research & Development), por el desarrollo y uso de espuma basada en soja.
La automotriz norteamericana también capitalizó dicha tecnología licenciándola a compañías como Deere & Co., para usos agrícolas,
mientras continúa investigando el uso de otras fuentes renovables para espumas -incluyendo palma, semilla de uva y aceite de girasol- en los países que disponen de esos recursos a costos competitivos.